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Convertirse en Instructor Trainer de la ACA: Crónica de una Metamorfosis Acuática

Actualizado: hace 3 días

Qué carajos es un Instructor Trainer de la American Canoe Association. Para contarles qué es y cómo es el proceso para convertirse en uno voy a tener que llevarlos a través del sistema de enseñanza que ha desarrollado la ACA a lo largo de su historia.


Para empezar se desarrolló un sistema por niveles que determina qué enseñar en cada estadio del aprendizaje y certificar que la persona tiene determinadas habilidades y conocimientos.

Esto no es nada nuevo, por ejemplo en el mundo del buceo esto existe desde hace mucho tiempo, es una manera de institucionalizar y globalizar el conocimiento.

Dwason y Josh jugando en el lago superior durante un Rough water weekend



El Camino del Pala-Iniciado


Todo comienza, como toda buena historia, con un neófito y una pala prestada. Quizás en un curso de nivel 1, donde uno aprende que remar no es simplemente agitar los brazos mientras se grita “¡a babor!” como Jack Sparrow en apuros.


Los niveles ACA, cual pergaminos mágicos, se despliegan uno tras otro:

  • Nivel 1 (L1): La base. Aquí se aprende a enseñar técnicas básicas en aguas tranquilas, con voz calma, sonrisa confiable y sin caer del kayak durante las demostraciones.

  • Nivel 2 y 3: Ya hablamos de manejo de rescates, progresiones pedagógicas, análisis de habilidades, y la noble destreza de mantener la compostura cuando el alumno gira el remo al revés por quinta vez.

  • Nivel 4: Aquí las cosas se ponen serias. Currents, swell, clapotis y otros nombres de villanos marinos. Técnica impecable, liderazgo refinado, y la habilidad de evaluar y transmitir en condiciones reales.

  • Nivel 5: Las estrellas del firmamento.


Ojo al piojo que a veces se generan confusiones con esto de los niveles. Por ejemplo hay quienes que confunden la certificación de nivel con la certificación de instructor.


Los Skills Assesments (la certificación de nivel), certifican que un kayakista posee determinado nivel de habilidades y conocimientos en determinadas condiciones de viento, olas y corriente.


Luego de estas vienen las certificaciones de Instructor, donde el candidato ya posee las habilidades y conocimientos y lo que se evalúa es su forma de enseñar y su pedagogía.


Por ejemplo para ser Instructor L3, los requisitos son:

  • Tener la certificación de nivel L3

  • Realizar el ICW L3 (El Instructor certification workshop)

  • Aprobar el ICE L3 (Instructor certification Exam)


Para ser Instructor L4 se pone más complejo:

  • Tener la certificación de nivel L4

  • Ser instructor L3 y haber reportado al menos 2 cursos

  • Realizar el ICW L4 (El Instructor certification workshop)

  • Aprobar el ICE L4 (Instructor certification Exam)


 

De Instructor a Instructor Trainer: La Transubstanciación del Guía


Ahora bien, para transformarse en Instructor Trainer, no alcanza con flotar con gracia o saber recitar de memoria el Instructor Manual.

Lo que se requiere es un Instructor Trainer Development Workshop (ITDW), un evento que podría describirse como una mezcla entre seminario técnico, terapia de grupo y retiro espiritual del remo.


¿Qué implica ser Instructor Trainer?


  • Enseñar a futuros instructores.

  • Evaluar, guiar, modelar excelencia.

  • Saber más de pedagogía que una facultad entera.

  • Manejar dinámicas de grupo, dar retroalimentación efectiva, y hacerlo todo mientras el viento te cachetea la cara como si estuvieras en medio de una novela rusa.


Requisitos previos:


  • Tener experiencia real como instructor (haber enseñado muchos cursos, sobrevivido a varios desembarques desastrosos, y corregido más errores de técnica que un editor de Wikipedia).

  • Documentación ACA al día.

  • El aval de una divinidad marina (o, en su defecto, de otro Instructor Trainer que te nomine para el proceso).


El proceso:


Aplicación formal. Incluye currículum, carta de intención, y el sacrificio simbólico de un remo de plástico.


Asistencia a un ITDW. Taller intensivo donde se abordan temas como técnicas de enseñanza, liderazgo, gestión de grupo, estándares de evaluación, y cómo no desesperar si un candidato se aparece en sandalias.


Apprenticeship. Acompañar a un Instructor Trainer en al menos un Instructor Workshop, observando, co-facilitando, aprendiendo el oscuro arte de hacer preguntas con propósito.


En mi caso este fue el camino elegido, más por estar lejos de todos los ITDW que por otra cosa. Fui Co-Instructor junto a Christian Fucks (Mi mestre de mar) de 3 cursos de instructores, dos de nivel L3 y uno de L4, arrancando el primero en el año 2016. Luego comencé mi mentoría con Neal Schroeter, viajé dos veces a EEUU para participar como Co-Instructor de los Rough Water Weekends L4. Tras tanto periplo Neal viajó a Argentina para observarme liderar un curso por mi mismidad, el toque de la pala en el hombro me bautizó y me convertí en calabaza.


Evaluación. Se revisan tus capacidades, se reflexiona, se ajusta. A veces se llora, pero siempre con dignidad profesional.


Consejos para Aspirantes al Trono del Pala Sabia


  • Entrená tu feedback. No digas “bien” o “mal”, decí “observé que en esta maniobra la pala entró algo lejos del centro de poder… ¿qué sentiste al hacerlo?”


  • Afinate como instrumento. Enseñar no es imponer, es afinar al otro como una cuerda. Que suene con su voz, no con la tuya.


  • Gestioná tu ego. No por ser Instructor Trainer vas a controlar las mareas (aunque si lo lográs, avisanos).


  • Estudiá pedagogía. La ACA no solo evalúa técnica, evalúa cómo enseñás esa técnica.


  • Conservá el humor. En un curso largo, el primer chiste sobre focas rescatistas puede salvarte del colapso.


¿Por qué hacerlo? ¿Por qué embarcarse en este viaje?


Porque hay algo profundamente transformador en enseñar a enseñar. Es como si uno dejara de remar solo para empezar a mover un río entero.

Ser Instructor Trainer es ser sembrador de tribus, formador de generaciones. Es estar en la cocina donde se hornean los nuevos instructores, ajustar la receta, oler el progreso, y decir con orgullo: “ese instructor aprendió a enseñar sin usar la palabra ‘balance’ 40 veces en un minuto, y yo estuve ahí cuando lo logró.”



Epílogo para Remadores del Destino


Convertirse en Instructor Trainer no te vuelve inmortal. No te salva de perder un remo, ni evita que un alumno te pregunte por décima vez qué diferencia hay entre popa y proa.

Pero sí te pone en un lugar de impacto, de multiplicación, de comunidad. Te da la oportunidad de que el kayak —ese humilde bote que flota entre mundos— sea más que una embarcación: sea un vehículo de cambio, crecimiento, y aprendizaje.


Así que si sentís el llamado, si el murmullo del mar te dice “comparte lo que sabés”, si soñás con formar a los formadores, entonces adelante. Subite al remo largo de la sabiduría. Y cuando llegue la hora del ITDW, recordá llevar todo lo necesario: cuaderno, pala, botiquín… y una buena historia que contar.


Nos vemos en el agua, remadores del destino.

 
 
 

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